Rebajas, rebajas. Las tiendas se abarrotan con colas de clientas ávidas por conseguir la ansiada prenda que ya tenían fichada desde principios de temporada.
Pero, por el camino... Ay, algunas se dedican a arramblar con todo lo que lleve un gran descuento, les guste o no, les siente bien o no, le vayan a sacar partido... o no.
Confieso que yo no soy mucho de comprar en rebajas.
Es que, siendo sincera, no compro demasiado. Hace tiempo que me estoy aplicando mis propios principios al máximo y, gracias a ello, consigo evitar las tentaciones. Gracias a ello y a que no me sobra el dinero, no nos vamos a engañar. Encima, como mi debilidad siempre han sido los zapatos y ahora trabajo online, he perdido el interés por comprar algo que apenas puedo lucir.
En cualquier caso, me estoy dando cuenta de que prefiero comprar en temporada aquello que veo y medito sosegadamente. Así me ahorro el disgusto de ver cómo desaparece mi talla con los descuentos.
Pero bueno, como sigo consumiendo vídeos de tendencias, de consejos... de estilismo, a fin de cuentas, y estos días internet se ha llenado de guías acerca de qué comprar en rebajas, me he tomado el tiempo de pensar qué compraría yo si me entrara el ansia por adquirir algo nuevo.
Et voilà, he dado con una idea genial.
Porque todas sabéis ya que es conveniente hacer una lista, que es el momento de comprar piezas de fondo de armario, que viene bien hacerse con algo que se pueda usar en la siguiente temporada, que debemos comprar algo que combine con lo que ya tenemos, etc, etc.
Mi instinto siempre me ha dicho que, si para algo sirven las rebajas, es para comprar algo bueno que nos dure años y que en temporada se nos antoje prohibitivo. No invento la rueda si os digo que las mejores inversiones para mí son los abrigos, el calzado y los complementos. O un buen jersey de cachemir o unos buenos vaqueros indeformables (que siempre nos cuestan un poquito más).
Pero si queremos dejar de lado el aspecto más práctico de la cuestión, hoy os traigo una idea totalmente novedosa: COMPRAR PRENDAS que FORMEN UN CONJUNTO creado por nosotras mismas.
Me explico:
Una opción sería comprar un traje de chaqueta para poder usar las prendas por separado y juntas (por ejemplo, pantalón, chaqueta y falda, o pantalón/falda, chaleco y chaqueta. Pero eso, aunque es una buenísima idea, no tiene nada de novedoso.
Mi propuesta es ir un poco más allá.
Se trata de buscar dos prendas, o incluso tres, que, sin haber sido concebidas para ir conjuntadas, formen un conjunto genial. No sólo un look genial, no. UN CONJUNTO.
Algunas ideas de prendas combinables que podéis encontrar en www.promod.es |
¿Cómo se hace esto?
Pues muy fácil. Imagina que has visto un top que te encanta y requetechifla, y que quedaría estupendamente con tus vaqueros favoritos (¿hay algo que no combine con vaqueros?). Sin embargo, fuera de ahí, no se te ocurren muchas más opciones. O sí, con los sempiternos pantalones negros de vestir.
Pero lo que queremos es convertir una compra interesante en una jugada maestra. Para ello, lo que tienes que hacer es buscar una prenda de abajo que parezca hecha para lucir con ese top, SIN SERLO. Es decir: no vayas a por el conjunto de fábrica. HAZ EL TUYO PROPIO.
¿Qué ganas con eso? Pues un look adaptable a distintos registros y, como consecuencia, muchas más posibilidades de amortizar tus nuevas adquisiciones. O sea, un look 100% filosofía "En el Vestidor".
Algunas sugerencias:
EJEMPLO 1. Encuentras un top azul con detalles un poco especiales, que te puede servir para ir a un evento o para darle un toque a un día normal con unos vaqueros gastados. Busca un pantalón de cualquier otro tono de azul que combine, y que, obviamente, no sea vaquero. Si tiene hechuras de pantalón de vestir, mejor que mejor. Si encima encuentras una blusa vaporosa o con grandes mangas, o de tejido satinado que también parezca compañera de ese pantalón, habrás triunfado.
- Podrás lucir las tres prendas por separado para un día normal, combinándolas con otras del día a día que les quiten importancia: top y falda midi, blusa y vaqueros, pantalón y camisa o camiseta blanca o con ilustración.
- Podrás combinar el top y el pantalón para un evento o ceremonia con los complementos adecuados que eleven el look.
- Podrás combinar la blusa y el pantalón para un look formal y elegante, y para una cena especial, si añades un toque más festivo con calzado y bolso.
EJEMPLO 2. Falda estampada y maravillosa como prenda estrella, por ejemplo con detalles en color verde. ¿Qué puedes hacer? Buscar un top cortito y sin mangas de color negro o verde. Además, un cárdigan fino o una chaqueta que parezca compañero de la falda por compartir algún detalle común. Si la falda es estampada, top y cárdigan deberían ser lisos, a menos que seas una experta combinando estampados, pero te aconsejo no arriesgar demasiado. Eso sí, intenta que los tonos de color sean iguales o lo más parecidos posible.
- Podrás usar el top para eventos con cualquier pantalón elegante o falda bonita. También la chaqueta con vaqueros para el día a día, o con un sencillo pantalón pitillo negro, o con una falda corriente. Y cómo no, podrás quitarle importancia a la falda con una camiseta lisa o un jersey sencillo, o bien lucirla en ocasiones más formales también con otros tops o blusas algo más especiales.
- Podrás usar todo junto luciendo así un conjuntazo único. O sólo el top y la falda.
Por supuesto, puedes combinar cualquier prenda de tu armario de muchas formas distintas para adaptarla a diversas situaciones, pero si buscas dos que hagan conjunto, el resultado es mucho más brillante y, además, te permitirá tener ya una idea creada para cuando te surja una ocasión más festiva, pudiendo reutilizar las prendas por separado en el día a día y amortizarlas como merecen.
¿Cuál es el truco? Pues ni más ni menos, cuando combinamos dos piezas no demasiado elegantes o formales pero que comparten estilos, texturas y/o colores, no suman, sino que multiplican sus cualidades. Y ello sin perder su funcionalidad como ropa de diario, lo que nos ayuda a repetir hasta la saciedad sin que parezca que estamos usando la misma prenda una y otra vez.
Haz la prueba: busca en tu armario dos piezas que hayas comprado por separado y que, casualmente, tengan el mismo color y cuyas siluetas queden bien combinadas. Seguro que tienes más opciones de las que imaginabas. Ahora, combínalas y busca los complementos que mejor les vayan y las hagan subir de nivel. ¿Sorprendida? ¿A que parece que las hubieras comprado como conjunto? ¿Verdad que cambian radicalmente? Pues ya está, ahí lo tienes.
Si tienes por delante una tarde lluviosa y casera sin nada más interesante que hacer, te invito a que le des un repaso a tu armario y formes algunos conjuntos que encajen en esta idea. Apunta tus hallazgos y tenlos presentes para cuando te surja un evento inesperado y no sepas qué ponerte (que ocurrirá más pronto que tarde).
*Bonus track: Si los colores o las texturas no son exactas, te puedes ayudar de algunos accesorios que ayuden a casar el conjunto. Por ejemplo, si combinas dos tonos distintos de rojo pero casualmente tienes un pañuelo del mismo tono que la prenda de abajo, o incluso estampado pero que ayuda a dar coherencia a la mezcla. Quien dice pañuelo dice cinturón, medias, kimono, zapatos, bolso o bisutería.
Y ahora, cuéntame: ¿Qué sueles comprar tú en rebajas? ¿Te habías planteado esta posibilidad?
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