Hay cosas que nunca cambian por más que pasen los años, y el quebradero de cabeza para encontrar modelito navideño sin dejarse el sueldo en el camino es una de ellas.
Así que aquí estoy otra vez, dispuesta a poner un poco de orden en mis ideas estilísticas y de paso ayudar aportando un poquito de inspiración a otras almas errantes del universo modil.
Os voy a contar cuál es mi dilema: cada vez que recurro a internet en busca de ideas para vestir durante las fiestas navideñas, encuentro looks la mar de apañados, pero no son aplicables a mi vida y a mis necesidades porque:
a) No estoy dispuesta a gastarme un dinero que no tengo para salir airosa de un compromiso que apenas dura unas horas, y casi todo lo que veo por ahí implica la necesidad de un desembolso económico.
b) No tengo una vida social tan animada como me gustaría (o quizá tengo exactamente la que me gusta, pensándolo fríamente) y mis compromisos para estos días se limitan a juntarme con la familia en el calor del hogar, así que no me veo vestida de lentejuelas ni con tacones de 12 cm.
c) Eso del "calor del hogar" es un decir, porque, sobre todo este año, lo que toca hacer durante estos días es abrigarse a conciencia, ya que no está el coste de la vida como para poner la calefacción a tope, así que todos los modelitos de vestidos sin mangas o camisas bonitas quedan absolutamente descartados.
Por tanto, como el mundo no me ofrece lo que necesito, no tengo más remedio que buscarme yo misma las castañas y maquinar algunas soluciones para poder apañarme con lo que ya tengo y lucir calentita y resultona.
Así que vamos al lío:
Después de años y años de entrenamiento navideño, me he dado cuenta de que lo que mejor me resulta y más tilín me hace es un conjuntillo que gire en torno a un jersey bonito. O a un jersey que parezca bonito, a falta del primero. ¿Por qué? Porque soy friolera y comodona, y lo único que me apetece en estas celebraciones familiares es estar confortablemente envuelta en mullidas capas de lana, pero saliendo del típico atuendo de estar por casa.
En cuanto al calzado, me parece absurdo a más no poder llevar tacones en una reunión familiar relajada. Ya casi nunca los llevo cuando salgo, conque con más motivo me parece lógico prescindir de ellos en estos casos.
Por último, no soy mujer de falda en invierno. En verano, sí; no llevo otra cosa. Pero en invierno, el capítulo medias me da mucha pereza.
De estas premisas se deduce que lo que yo necesito es algo que se base en un jersey amoroso, un zapato bajito pero arreglado y pantalones. El otro requisito es que no parezca que me he puesto lo primero que he pillado o que voy a bajar a sacar la basura.
La cosa se complica.
Si tenéis el libro de En el Vestidor, veréis que siempre aconsejo no comprar ropa que sólo nos sirva para ocasiones especiales, porque la verdad es que luego nunca la amortizamos convenientemente, y da mucha rabia usar la misma prenda Navidad tras Navidad, mientras no le sacamos partido el resto del año.
No, mi consejo es descontextualizar la ropa de diario, como también os digo en el libro: usar prendas que ya tenemos pero con un giro que aporte una dosis de sorpresa y que nos ayude a adaptarlas a una ocasión más festiva. En el manual tenéis ideas para dar y tomar.
Pero sigamos con lo nuestro:
¿Qué podemos hacer para cambiar de registro nuestra ropa de todos los días?
- Usar los complementos con acierto.
- Llevar las prendas de una forma diferente.
- Hacer combinaciones que no hayamos hecho antes.
- Ayudarnos del peinado, maquillaje y bisutería.
- Añadir algún detalle de quita y pon que le aporte ese toque festivo y luego podamos eliminar fácilmente.
Algunos ejemplos:
1. Añadir encaje a un cuello de pico
Este jersey lo podéis encontrar aquí. No me digáis que la idea no es resultona. Además, dependiendo del estilo del ribete de encaje, el resultado puede ser muy diferente. Y lo podemos combinar en color con la prenda de abajo o con cualquier otro detalle de la ropa que llevemos puesta.
2. Un cuello con algo especial.
3. Un collar potente.
4. Jersey largo y cinturón joya.
Si tenéis un jersey largo y bonito, puede parecer otro con sólo añadirle un cinturón potente con una hebilla especial. Éste lo podéis encontrar en esta web. Lo bueno de comprar complementos es que nos sirven para infinidad de ocasiones y prendas y nos duran toda la vida, lo que no ocurre con la ropa.
5. Collar de flecos.
Un collar de flecos también es una gran idea para transformar por completo un sencillo jersey. ¿Por qué? Porque parece que forma parte de la propia prenda y, sin duda, le da el toque festivo que necesitamos. Además, no es algo difícil de hacer. Podéis encontrar miles de tutoriales en internet. Si preferís comprarlo ya hecho, el de la foto es de Lola Casademunt.
6. Jersey grande y leggins con complementos que aporten el toque.
En cuanto al look completo, no me digáis que ésta no es una opción estupenda: jersey sencillo pero favorecedor y versátil, leggins y bailarinas estampadas. Y, para aportar la guinda festiva, unos maravillosos pendientes que den brillo a la cara. El recogido termina por redondear un look sumamente fácil pero extraordinariamente resultón. Es la prueba de que se puede ir cómoda y mona a una celebración navideña en familia.
7. Fular con brillos.
Aquí un invento de Aliexpress que puede ser una horterada suprema o quedar genial. No sabría decir. Pero la idea de añadir algo así a una prenda anodina no es mala, ¿no?
8. Clips para los zapatos.
9. Leggings y faldas midi para días caseros.
Esto es para nota. Lo malo es que la mayoría de nosotras no tenemos una falda maravillosa de satén. Pero bueno, se puede adaptar a alguna otra de textura ligera y buena caída.
Este look también está muy chulo. Yo me pondría zapato más bajito, que no quiero ir taconeando en un plan casero.
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