Aquí estamos otra vez

Estaba contestando a los comentarios, y de pronto me he dicho que en vez de asegurar que actualizaría pronto, lo mejor era ponerme a ello sin más preámbulos, aunque no tenga nada concreto que contar. Pero es que si no, nunca vuelvo, y eso no puede ser.

Bueno, ante todo os pido disculpas. Sé que esta manera de desaparecer y aparecer cada equis meses empieza a ser una especie de maltrato a la audiencia, pero os prometo que no es mi intención y que os tengo muy en cuenta. Lo que pasa es que llevo un tiempo con la vida un poco revuelta (nada malo), y no me puedo centrar en el blog como me gustaría. Aunque nunca pierdo la esperanza de solucionar ese asunto.

Y ahora me pregunto: ¿de qué va a tratar "En el vestidor" en esta nueva etapa? Pues yo diría que de lo mismo, ni más ni menos. De mis quebraderos de cabeza, de mi lucha con el estilo personal, de mis preocupaciones y reflexiones profundas el día que me levanto trascendental... De todo un poco, pero siempre en torno a lo mismo.

En estos meses me estoy dando cuenta de que da igual cómo decidas enfocar tu vida, porque luego la vida hace lo que le da la gana con tus planes. Está bien tener un objetivo más o menos general que te ayude a no perderte demasiado por el camino, pero también hay que ser flexible y abierto de mente para poder ir adaptándose a las circunstancias y no sufrir demasiado con los cambios inesperados que vayan surgiendo.

Y en ésas estoy yo: tratando de adaptarme a los cambios. Pareciera que con 38 años que tengo ya (ay, Dios mío, qué mayor me estoy haciendo) tendría que estar gozando de la lógica estabilidad laboral y personal que es normal en esta etapa de la vida, pero nada más lejos de la realidad. Mi vida se parece más ahora mismo a la que tenía cuando terminé la carrera, que a la idea que llevaba yo de cómo viviría cuando rozara los 40. Por eso digo que hay que tener la mente abierta. ¿Quién sabe si lo que está por llegar es algo grande? Lo importante es no perder de vista los objetivos y disfrutar al máximo del camino. Y oye, si de pronto se cruza alguna buena oportunidad que no esperabas, estar alerta para poder aprovecharla.

Y para terminar esta introducción que habla un poco de todo y a la vez de nada, os copio un enlace que me llegó el otro día y que me ha encantado. A lo mejor ya conocéis la historia de la canción llamada "Querido Tommy", del compositor Tommy Torres (yo tampoco lo conocía hasta hace tres días). No es la mejor canción del mundo, pero la historia es tan bonita que llega directa al corazón. Al menos a mí, que no sé si me estaré volviendo un poco ñoña, pero le ha gustado a tanta gente que me parece una buena idea compartirla. Espero que os guste.

Y ahora sí, prometo otra entrada muy pronto. :)

QUERIDO TOMMY