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Esto me ha hecho recordar las revistas que guardaba mi madre en casa desde los años 70. Me encantaba repasarlas una y otra vez porque me llenaban de energía. La estética de los años 70 era muy alegre y transmitía optimismo. Además se llevaba mucho el "hazlo tú mismo", y el resultado era una buena cantidad de sugerencias llenas de color y encanto de lo más inspiradoras. Aparte de las revistas, mis padres tienen un montón de coleccionables de todo tipo de labores, y recuerdo que las fotos que ilustraban las explicaciones estaban llenas de pantalones de campana, bolsos de lana, collares coloridos, cojines divertidos, tintes de tonos vitaminados, modelos de aspecto saludable y feliz y melenas sanísimas que brillaban al sol. Para rematar, todos los "experimentos" parecían hacerse en preciosas casitas de campo, donde se llevaban a cabo labores de reciclaje de lo más variopinto en medio de jardines llenos de flores.
Todo esto es lo que me ha inspirado el vestuario colorido de mi nuevo círculo social. Así que me pregunto si lo que necesito ahora es una buena dosis de colorterapia. Bueno, me lo pregunto y me lo contesto, porque tengo claro que así es. Voy a introducir colores alegres en mi repertorio estilístico. Sobre todo ahora que la sombra de la crisis nos sigue a todas partes y se echa en falta un poco de optimismo setentero.
Normalmente nos sugieren los colores más vitales para la primavera y el verano, pero en realidad, donde tienen más sentido, creo yo, es en el invierno y el otoño, para compensar tanto gris ambiental. Se puede llevar color en cualquier momento del año, y afortunadamente ahora tenemos un montón de colores preciosos a nuestra disposición. Color ya no es sinónimo de tonos primarios y agresivos. Ahora hay lanas de un montón de tonos ricos en matices, y también se puede encontrar ropa que sea alegre sin ser estridente.
Hablo de lanas porque ahora que me he iniciado en el ganchillo, (¡¡nunca pensé que pudiera ser tan adictivo!!), no paro de imaginar todo tipo de complementos hechos por mí misma. Lo que yo decía, me estoy volviendo hippie total. :D
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Y como una nueva tendencia no tiene por qué implicar que desechemos todo lo que ya teníamos, mi sugerencia para incluir color en nuestra vida gris (estilísticamente hablando, claro ;) es la siguiente:
- Mantener nuestra base discreta (que nunca viene mal) y añadir pañuelos, pashminas y bufandas llenos de color.
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- Procurar siempre llevar algo de tono más luminoso cerca de la cara. A mí por ejemplo, el color blanco me anima un montón, y me cambia completamente la cara, así que ahora que me he hecho una bufanda blanca, puedo ponerme algunos abrigos o chaquetas que tenía y que nunca usaba por ser de tonos especialmente difíciles para mí.
- Recurrir a broches divertidos y coloridos, que animan cualquier conjunto.
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- Perder el miedo a los complementos de colores inusuales.
- Cómo no, ahora que la ola de frío nos persigue, es el momento de llevar gorritos y guantes llenos de color.
- Podemos recurrir a tonos más vitaminados en camisas y camisetas, que aporten aunque sea un detalle de color debajo de tantas capas de tonos oscuros.
- Un simple toque de colorete puede hacer milagros, creedme. Te cambia la cara y el humor.
- Los pendientes y las pulseras también son una buena manera de incluir luz en nuestra vida (siempre con moderación). Yo no soy muy aficionada a los pendientes vistosos, pero hay gente a la que le quedan de maravilla. Así que, si es vuestro caso, no desaprovechéis la oportunidad. Pero recordad que se trata de añadir un detalle, no de convertirnos en un árbol de Navidad, que será muy colorido y alegre, desde luego, pero no es el objetivo que debemos tener en mente.
- Puede darse el caso de que ya tengamos ropa colorida en nuestro armario, pero que nunca nos ponemos (es lo que me pasa a mí). Si es así, ha llegado el momento de empezar a lucirla.
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- Y bueno, en general, rodearnos de color en casa también nos ayudará a sentirnos más optimistas y llenas de energía. En mi caso, he decidido que este fin de semana voy a ir en busca y captura de algunos detalles de decoración que me ayuden a animar un poco tanta discreción sin gastarme mucho dinero.
Y vosotras, ¿necesitáis color en vuestra vida o sois unas convencidas de los tonos oscuros?
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Comentarios
Y en casa soy igual, me encantan los tonos pastel y crudos porque aunque no me animan, me dan sensación de limpieza, de luz, de comfortabilidad...
Sin embargo me gusta ver el color que utilizan y combinan tan sabiamente otras personas, pero supongo que aunque lo intentase y les copiase volvería a mi yo y a mis colores suaves...
Muchos besos,
Yaiza
Un besote
María
http://littlemissshoeshine.blogspot.com
Yo la verdad es que soy de colores discretos, pero claros, no oscuros. Pero como digo en la entrada, últimamente me veo un poco descolorida, y me estoy cansando. También es verdad que hay días que me veo estupendamente de negro o de gris y similares. Pero ahora me apetece añadir un detalle de color a mi base apagada, sin renunciar a ella, porque ir de colorines no es lo mío.
En casa, igual: me encanta la base neutra (adoro las paredes blancas y el color madera) y luego animar con cojines alegres de tonos naranjas, por ejemplo. Y con cuadros coloridos también. Pero por ejemplo, no podría vivir en una casa con las paredes de colores. Me agobia muchísimo.
Lo importante del color en mi vida, es que sea de quita y pon, jeje. Y en pequeños detalles. Pero la verdad es que me anima! :)
Little Miss Shoeshine, eso digo yo. Con una pashmina alegre es suficiente para animar cualquier vestuario, di que sí. ;)
Besos!
Un beso
Nina
A mí el color que me anima muchísimo es el fresa, que viene a ser como algo entre rosa y rojo. Es acercármelo a la cara y revivo. :D
María, puede que tengas razón. Como todo me da por oleadas, y nunca me habían dado ganas de colorearme, puede que sea también algo pasajero en mi vida. Aún es pronto para saberlo, jaja. Ya te contaré. Aunque haciendo recuento de mi ropa, lo cierto es que al menos en verano, tengo algunas cosas de colores vibrantes. Son cosas que me han gustado más al probármelas que al verlas en la percha, precisamente por la vida que le daban a mi cara. Tengo un vestidito azul intenso de verano que me chifla. Un color difícil en la mano, pero genial puesto. A todo el mundo le gusta mi vestidito, jeje. Cuando se me estropee, me va a dar algo.
Total, que el color funciona. A veces viene bien probarlo porque se hacen descubrimientos interesantes.
Por cierto, he decidido predicar con el ejemplo y he cambiado un poco el aspecto del blog. Nadie me va a decir nada o es que ni siquiera lo habéis notado??? ;P
Besos!!
Ya nos contarás qué tal te va a ti el cambio, ahora que te apetece y tus propios descubrimientos. Lo que sí te diré es que, aunque este año parece que vuelven los colores pasteles, a mi el cuerpo me pide cosas más rotundas. Vibrantes o más neutras, pero bien definidas, nada de "pastelitos", jeje Ya veremos que para el buen tiempo aún falta mucho y esto de los gustos y las apetencias trapiles a mi me cambia bastante según el momento.
En cuanto a la cabecera, te voy a ser franca. Me gusta la idea pero no me gustan los acabados caseros, así que que aunque la prefiero a la opción sólo con texto, para mi gusto le buscaría otro acabado y posiblemente también otros tonos más suaves todavía.
Saludos,
María
Vanna.