La vida está llena de fases. Por lo menos mi vida. Y cada temporada me acompaña un estado de ánimo y me da por una cosa distinta. Como ya os he contado otras veces, o me invade el sentimiento minimalista, o quiero ser naïf o tener ese chic francés, o doy bandazos del romanticismo y la delicadeza al estilo golfillo. En realidad, la mayor parte del tiempo me limito a imaginarme con estilos maravillosos, pero a la hora de la verdad me caliento poco la cabeza y salgo a la calle con lo primero que pillo, que suele ser el eterno vaquero y un jersey calentito.
Por otro lado, la crisis también ha dejado su huella y me he vuelto más racional a la hora de comprar. Ahora, aunque tenga dinero (cuando lo tengo) me pienso muchísimo en qué lo voy a gastar. Unas veces voy a lo más práctico y pienso en el uso real que le doy a las cosas, pero otras, en cambio, lo único que busco es algo especial.
Y en ésas estoy. Ésa es mi fase emocional-estilística actual: Estoy feliz porque estoy recuperando el gusto por el valor de las cosas.
Esa sensación se me estaba olvidando, porque hacía tiempo que no ponía tanta atención en lo que me compraba. Pero ahora busco pequeños tesoros entre tanta abundancia como nos invade.
Me llama la atención que haya tanta gente que busque desesperadamente algo que está de moda, porque lo ha visto en varios blogs o en las revistas. A mí en cambio me pasa lo contrario. Ya no quiero algo que se lleve, quiero algo que sólo lo lleve yo. Quiero esa sensación de haber encontrado una aguja en un pajar, una pieza especial que estaba en un rinconcito de una tienda esperándome mientras pasaba desapercibida a la mayoría de la gente.
Estoy llegando al punto de no querer ponerme cosas que me gustan precisamente porque están de moda y son una plaga. Es que pierdo el interés hasta que pasa la tendencia, y entonces es cuando me apetece ponérmelas.
Me gusta la ropa que nadie sabe de qué tienda es, aunque sea de un sitio conocido. Me siento especial llevando cosas que no abundan (que no es siempre), y me encanta encontrar cosas en algún outlet que sé que nunca se repondrán. :) Quiero algo original, algo con un toque diferente que me llame la atención. Quiero rebuscar en los mercadillos de artesanía hasta encontrar algún anillo o collar que me diga algo y que sé que no han hecho en serie y no me lo voy a encontrar hasta en la sopa. Quiero comprar en tiendecitas de barrio y descubrir maravillosos detalles en mis viajes que me sirvan de recuerdo.
Vale que ahora no puedo comprar todo lo que me gusta, pero disfruto más buscando con tranquilidad y eligiendo meditadamente. Disfruto valorando lo que compro, y lo cuido, porque no quiero que mi ropa sea útil para una sola temporada. Quiero que me dure muchos años porque formará parte de mi identidad.
La otra cara de la moneda es que estoy tratando de amortizar más lo que tengo. Ahora intento imaginar conjuntos bonitos y originales combinando todo lo que ya tengo, en lugar de imaginarlos con cosas que no tengo y que por eso hacen que salten las alarmas del "necesito comprar". Como os comenté en la entrada anterior, en materia de zapatos, por ejemplo, he decidido dejar de pensar en el par que necesito (que me he empeñado en creer que necesito) para empezar a pensar en cómo combinar todos lo que ya tengo. Si no puedo formar el conjunto que tenía en mente, pues pensaré otro, que seguro que resulta más original y me sorprende. Y además, seguro que no me encontraré a media ciudad llevando lo mismo.
¿No os parece paradójico que ahora que hay tanto donde elegir, tanta gente coincidamos vistiendo igual?
Es muy gratificante moverse al margen de la moda y crear nuestras propias tendencias. No digo que nos tenga que dar por ser estrafalarias para ser originales, pero sí es bonito buscar un poco de sentido en todo lo que hacemos y tenemos, porque eso nos ayuda a valorar las cosas, a sentirnos más nosotras mismas y a hacer un poco más especial cada día de nuestra vida.
¿Vosotras qué pensáis?
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Comentarios
Es bonito saber valorar lo que tenemos, porque de esa manera podemos disfrutarlo y ser felices con ello. De la otra manera... ¿de qué sirve?
Por cierto, el otro día nos encontramos medio planeando un viajecillo a Sevilla... si al final sale, no dudes en que te lo diré, ¿eh? ;)
Un besito!
Ahora toca marcar la diferencia, terminar de construir nuestra identidad. Ésto significa que hemos entrado en el mundo adulto, querida. ;)
Cada vez en mayor medida me voy sintiendo atraída por las prendas de mejor calidad aunque sean un poco más caras. Prefiero pocas prendas buenas y con las que me sienta cómoda antes de tener el armario a reventar con ropa que tiene (a veces) hasta las estiquetas puestas meses después de comprarla.
Un beso!
Hoy no puedo seguir leyendo pero en cuanto pueda volveré...me he reído un montón con tu forma de contar las cosas.
Un saludo guapa.
Muchos besitos.
buen post!!
Lo de los vestidos con botines es un gran descubrimiento, llevo tiempo haciéndolo. De hecho casi nunca me verás con zapato abierto en invierno, botas y botines campan a sus anchas con lo que sea de ropa arriba. Me ha inspirado el vestidito ligero beige con medias grises y botines marrones. Tengo las tres cosas pero nunca las he combinado juntas y me ha gustado. Será cosa de probar...
María
Madre mía, si vienes a Sevilla claro que tienes que decírmelo! qué emoción!! me encantaría conocerte en persona :D
Carmen, qué razón tienes. Va a ser tan simple como eso: que me estoy haciendo mayor y estoy pasando por una fase normal a esta edad. Bueno, pues en ese caso estoy encantada. Es verdad que a medida que cumplimos años estamos más contentas con nosotras mismas. :)
Velvet, yo no sé si es disciplina o esclavitud. Debe de ser un sinvivir! además, siguiendo todas las tendencias no da tiempo a disfrutar ninguna. Y si no eres la primera en seguirlas, te tiene que quedar un regustillo amargo por llegar siempre tarde a ellas...Desde luego, lo mejor es ir a nuestro aire. Es mucho más relajante. ;)
El álbum de mis retales, no sabes cómo me alegro de que hayas llegado aquí y te sientas tan identificada!:) Me encanta que me digas lo del estilo cercano. Espero que sigas encontrándote a gusto por aquí y te veamos comentar! ;)
Yaiza, yo creo que lo ideal es tener de vez en cuando ocasiones especiales donde podamos dejar volar la imaginación. Pero el resto del tiempo hay que ir a lo práctico-cómodo, pero sin perder de vista un toquecito de encanto, que si no, la vida sería muy aburrida. Pero si todos los días fuéramos de punta en blanco, pienso que acabaríamos agotadas! y lo de arreglarse perdería su gracia. Ya sabes, lo bueno, si breve, dos veces bueno. :)
Por cierto, a mí también me encanta Massimo Dutti, y eso que hace años me parecía una tienda soporífera. Está claro que estoy madurando. :D
Annie, gracias por comentar!
Paloma, bienvenida! pues ya sabes, a trabajar la autocontención, que a la larga de muchas satisfacciones. Hay que darle a las cosas la importancia que merecen, y disfrutarlas durante un tiempo, que eso hace que cada vez nos gusten más y más. Suerte! :D
María, te contesto en la entrada anterior, para no liar esto demasiado. :)
Besos!
Si te digo en lo que estoy enfrascada ahora te partes de risa. El otro día una amiga me dió unos retales de unas telas gruesas metalizadas, unos tejidos tipo piel muy bonitos y se me ocurrió hacer una especie de bolsito de mano, con unas piedras y demás, bueno, el caso es que lo tengo terminado, quiero enseñarlo en el blog, todo cosido a mano, lo mio me ha costado pero me siento muy orgullosa porque el resultado es mejor de lo que esperaba y cuando lo luzca sabré que es único, genuino, aunque no sea perfecto. Estoy buscando además una máquina para coser cuero, es el regalo de reyes que quiero, para hacerme mis propias cosas de vez en cuando.
He tardado en contestar, la costura tiene la culpa jejeje :)
Un beso
Nina
Además tengo en mente dedicarme a hacer bolsitos de fiesta, que tiene que ser muy divertido y súper creativo, así que me ha encantado tu iniciativa. Quiero ver tu bolso! :)
En cambio, tú sí que te vas a reir si te digo a qué me estoy dedicando yo ahora...A hacer crochet! me he hecho dos bufandas monísimas (la última parece comprada) y voy tan feliz con ellas por la calle. Y quiero hacerme mil cosas!! viva nuestra faceta creativa! :D
También estoy súper enfrascada, así que te entiendo. Y qué satisfacción tener algo tan único, eh?
Un beso!