Antídoto contra el "qué me pongo".

El "quémepongo", esa dolencia sexista que sólo ataca a las mujeres y que se hace más virulenta en situaciones de especial agobio y con citas en perspectiva...

...no tiene cura.

Siento ser así de tajante, pero es lo que hay. Y si no, ¿por qué no conseguimos erradicarla de nuestras vidas pese a luchar contra ella con todos los medios habidos y por haber? ¿Por qué cuando creemos tenerla bajo control aparece con fuerza el día que más inspiración necesitamos? ¿Por qué no nos abandona aunque no paremos de acumular ropa en el armario?

Vamos a ver, si tenemos de todo, porque TENEMOS DE TODO... si llevamos temporada tras temporada haciendo acopio de todas las prendas obligadas del fondo de armario, de los últimos pingos de ultimísima tendencia, de zapatos de todos los tipos y colores, de ropa para trabajar, ropa para salir, ropa para el día a día... ¿Cómo es posible que la noche que tenemos que salir medianamente arregladas, no tengamos nada que ponernos?

A raíz de mi último ataque de quémeponguitis, he sacado algunas conclusiones que quiero compartir con vosotras. :D

La primera de todas es que, aunque no tenga cura, parece que hay fórmulas para paliar sus efectos (¡¡bieeeeeen!!), y a ellas quiero dedicar esta entrada:

- NÚMERO 1: No te compliques.



Una de las causas del dichoso no sé qué ponerme, es pensar cosas demasiado complicadas que, una vez probadas en nuestra piel, o no nos vemos, o no quedan como esperábamos, así que irremediablemente tenemos que volver a cambiarnos de ropa.

¿Por qué somos tan rebuscadas? Los chicos cambian una camiseta por una camisa remangada y van estupendos. ¿Por qué nosotras hacemos combinaciones tan raras? ¡Pero si es que encima sabemos que estamos mejor más sencillitas!

- NÚMERO 2: No pienses en qué se pondrán las demás.

Esto es algo que hacemos aunque no queramos, y aunque no seamos muy conscientes de que lo estamos pensando. Y lo malo es que tener ese pensamiento en mente nos hace perder de vista nuestro propio gusto. Lo que tenemos que hacer es preguntarnos qué nos hace sentir cómodas, qué nos hace vernos guapas, sin tratar de encajar esa imagen en el estilo del resto de personas con las que nos vamos a reunir.




En una palabra: PERSONALIDAD. La clave está en escucharnos a nosotras mismas y olvidarnos del gusto y el estilo de los demás. Y sobre todo, del de LAS demás. Yo diría que ahí está el éxito de Alexa Chung; guste o no guste, está claro que se siente cómoda en su piel y que transmite su personalidad con todo lo que lleva. Y sobre todo, ¡se pone lo que le da la gana! (Y lo mismo se puede decir de Diane Kruger, en la foto, o de Keira Knightly, en cualquier ocasión).

- NÚMERO 3: Haz las pruebas con los zapatos puestos.

Y si puede ser, ya peinada y maquillada, o al menos medianamente. Está demostrado (al menos en mis propias carnes) que teniendo buena cara y con unos buenos zapatos, casi todo queda bien, así que ganaremos mucho tiempo si empezamos por ahí.




Y al contrario: si tenemos una cara de espanto y nos estamos probando la ropa con unas pantuflas de estar por casa, lo más probable es que absolutamente todo lo que tenemos en el armario nos quede de pena.

- NUMERO 4: Confía en los complementos para pasar del día a la noche.




No sé vosotras, pero yo a veces me complico demasiado pensando en el modelito para salir de noche, cuando dos horas antes iba infinitamente mejor con la ropa de trote diario. Es como si me estropeara a medida que trato de arreglarme. Es muy frustrante, pero la culpa es sólo mía.

Así que digo yo: ¿Por qué no confiar en la ropa sencilla del día a día para todo tipo de ocasiones? ¡Para eso están los complementos! Una mini vaquera y un top de tirantes son perfectamente válidos para ir de fiesta si los complementamos debidamente. Unas sandalias romanas de tacón alto, algún collar impactante, un bolsito pequeño y un maquillaje adecuado, harán maravillas con algo tan básico como ese conjunto. ¡Y lo bueno es que por el día iremos estupendas con unas sandalias planas! Tomad nota para hacer la maleta en estas fechas: ¡menos ropa y más complementos! ;)




- NÚMERO 5: Experimenta con tu peinado.




Piensa en tu pelo como en un complemento más. A veces basta con hacerse unas ondas para parecer otra. Un recogido gracioso, una trenza algo deshecha (tan de moda últimamente), una diadema con personalidad...pueden transformar por completo nuestra imagen. ¿Por qué no probar?

- NÚMERO 6: Equilibra el estilo.

Es decir, si te pones unos zapatos metalizados y de tacón vertiginoso y te da por hacerte un peinado original, no te vayas a plantar un vestido de seda porque va a parecer que vas de boda como poco.




Y al contrario: si el vestido ya es extraordinario de por sí, procura que el calzado sea más normalito y opta por maquillaje y peinado más naturales.




- NÚMERO 7: Ante la duda, mejor quedarse corta.

Yo esto lo tengo clarísimo. De todas mis malas experiencias con vestuario equivocado, las peores han sido las veces en que me he arreglado de más. Tampoco me hace gracia ser la menos arreglada del grupo, pero lo asumo mejor. A lo mejor es porque mi estado natural es menos arreglado y me siento más cómoda así, por lo que si alguna vez soy la nota discordante por haberme pasado de sencilla, al menos conservo mi esencia.

Y creo que todos mis errores se deben a tratar de ajustarme al estilo de la mayoría, y eso, cuando no conoces a la gente con la que vas a estar, se traduce en un fracaso seguro.

Por supuesto me estoy refiriendo a una sencillez adecuada a la cita en cuestión. No es lo mismo quedar con los amigos para tomar una copa que ir a una fiesta o a un evento para el que haya que arreglarse más. Pero siempre que tengamos en cuenta el código de vestimenta, mejor pecar de discreta y sencilla (sólo un poquito por debajo) que de llamativa y súper arreglada.




¿Y vosotras? ¿Tenéis alguna "norma" a la que acudir en caso de indecisión extrema? ;)


(Ah, la foto de cabecera es del catálogo de Massimo Dutti. No guarda relación con ningún apartado en concreto, ¡¡pero me encanta!!)



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