¡Por los pelos...!

Me he dado cuenta de que no sé interpretar las señales que me envía mi cuerpo. Ha habido veces que he notado que me faltaba algo y he ido a la cocina a por alguna cosa para comer. Y después de eso, he seguido notando la misma sensación, hasta darme cuenta de que lo que tenía en realidad era sed.

Una, que es así de rara...

El caso es que, aplicado al tema que nos ocupa, a veces me pasa que no me veo bien con nada de lo que me pongo, y me cambio de ropa varias veces y sigo sin verme aceptable. Y me extraño porque son conjuntos que ya he llevado muy a gusto en otras ocasiones.

Y después de pasarme un buen rato tratando de identificar el motivo, de pronto me he dado cuenta del problema: El pelo. La culpa de mi indecisión e inseguridad la tiene el pelo. Ahora lo veo claro.

Creo que pierdo muchísimo tiempo al arreglarme a causa del pelo. Y no porque me haga nada especial, precisamente.

Cuando era adolescente, recuerdo que llevaba el pelo algo enmarañado y con laca, para hacerme un poco de tupé (no se notaba demasiado a la vista) y me daba pánico que alguien pudiera intentar despeinarme, más que nada por la vergüenza de ver que no había manera de deshacer ese enredo. (Una época nefasta, la de la adolescencia).

De mayor (bueno, bueno, tampoco soy tan mayor) decidí que jamás llevaría el pelo de modo que no se pudiera despeinar. Así que me he pasado al otro extremo. Llevo años con el pelo suelto y melena salvaje al viento. :) Lo malo es que a veces se vuelve más salvaje de la cuenta y se rebela contra mí, y en esos días odiosos no consigo cogerle el punto. Me veo desmadejada y hasta con mala cara.

Así que he tenido una nueva revelación: si doy de una maldita vez con mi corte de pelo perfecto, ganaré muchísimo tiempo a la hora de arreglarme, porque me veré bien me ponga lo que me ponga (ya que son cosas que compré porque me gustaban) y no tendré que darle tantas vueltas al asunto de la ropa.

Por tanto, mi objetivo a corto plazo es invertir en mi pelo. Encontrar un corte acertado con el que me vea favorecida en cualquier espejo que no sea necesariamente el que tengo en mi casa y que por lo visto es el único que tengo dominado. Conseguir minimizar esa terrible sensación de "¿quién diablos es ésa que se refleja en el espejo de esta tienda?" y lograr de una vez ser reconocible para mí misma me mire donde me mire.

Ya he dado el primer paso, y he ido a cortármelo un poco, y la verdad es que se nota el cambio en la cara. Pero por una vez siento que no es suficiente, y ya estoy buscando ideas para volver dentro de poco a terminar la faena. Es que normalmente soy tan cobarde que le doy muy poco margen de maniobra a las peluqueras, porque siempre se pasan tres pueblos. Pero esta vez me han hecho caso y claro...el cambio ha sido muy pequeño.

Lo que tengo claro es que mi melena no debe pasar de los hombros, por mucho que me guste el pelo largo. Es la medida que mejor me queda y que más arreglada se ve. En cuanto a hacerme un corte fácil de mantener, no es problema, porque nunca llevo nada complicado. Pero entonces, ¿qué opciones tengo para llevar un corte de pelo bonito, sencillo y que favorezca?

He estado echando un vistazo por internet y esto es lo que me he encontrado.














Ahora sólo falta que me decida. ¿Quiero flequillo o no lo quiero? ¿me gusta muy capeado o algo menos?


¿Qué pensáis vosotras? ¿Tenéis alguna sugerencia? ¿Habéis encontrado ya vuestro corte de pelo ideal o aún seguís a la búsqueda de ese estilo perfecto...también en el pelo? :)




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