A raíz de los últimos comentarios que hemos intercambiado, me han entrado ganas de escribir esta entrada sobre los probadores, ese elemento de las tiendas de moda al que no siempre se le da la importancia que se merecen.
Esto va a ser más bien un alegato contra los probadores absurdos, incómodos o escasos que suponen un obstáculo en la satisfacción de nuestras siempre desbocadas ansias consumistas.
Aunque en realidad, debería ser un texto de agradecimiento por haber conseguido evitar en más de una ocasión que una servidora se gastara un dinerito en algunas de las tiendas cuyos probadores no cumplen mis personales estándares de calidad. :D
Pues sí, así es...los probadores son de una importancia suprema, y no siempre se les reconoce. Al menos son importantes para mí, no sé qué pensaréis las demás. Pero yo necesito estar cómoda cuando voy a probarme la ropa, y ello implica no volver a encontrarme con ninguna de las siguientes tipologías del catálogo de los horrores:
- El probador "Por el humo se sabe dónde está el fuego": O lo que es lo mismo; por la cola kilométrica se sabe dónde está el probador.
No sé a vosotras, pero a mí me parece súper estresante estar haciendo cola durante veinte minutos para poder probarme tres prendas, y más aún, tener que probármelas sabiendo que fuera hay una multitud esperando a que yo termine. Así no me luce, la verdad. Es que no sé ni lo que me pruebo, y a veces ante la duda, acabo llevándome una talla que no me corresponde sólo por no tener que volver a hacer cola para probarme más tallas de la misma prenda.
- El probador miserable: El que consiste en una cortina raquítica que no llega a los extremos de ninguna de las maneras. Y encima, con el paso del tiempo acaba combándose por los lados y deja un hueco tremendo entre cortina y pared cuando está cerrado. Y te preguntas: "Vamos a ver, si yo puedo ver a toda esa gente que está fuera, ¿no me estarán viendo ellos a mí?".
Por favor, ¿tan cara es un poco más de tela? o al menos que pongan un pedacito de velcro para poder fijarla de alguna manera, ¿no?
- El probador indiscreto: El que tiene una cortina súper corta que te llega a la altura de la rodilla, para que todo el mundo pueda apreciar que tu gusto en calcetines deja mucho que desear y que hace demasiado tiempo que no te depilas. Y como aliciente extra, la posibilidad de que aparezca la cabeza de un niño pequeño e incordioso cuando menos te lo esperas (en realidad nunca te lo esperas).
- El probador de diseño: Lo odio. Seguro que el que ha inventado ese probador estrecho con larguísimos cortinajes de terciopelo que cuelgan de techo a suelo, nunca ha tenido que probarse nada en una de sus invenciones. Porque no hay cosa más incómoda que cerrar una de esas cortinas. Es sencillamente imposible. No hay manera de tirar de ella hasta la pared. Siempre se quedan a medio. Son un fastidio tremendo, porque además de la falta de privacidad, se une la pérdida de tiempo.
Además, esta monada suele ir acompañada de una iluminación de diseño también que es de todo menos favorecedora. Supongo que porque ponen los focos en los sitios en que no los tienen que poner. Yo me veo sombras por toda la cara, y claro, por muy mono que me quede un vestido, con ojeras y bigote se desluce un poco, la verdad.
- El probador tipo zulo: El que está pensado para que no te puedas mover, y donde te pasas todo el rato golpeándote con las paredes. Y encima, en estos probadores nunca ponen un mísero taburete donde dejar tu ropa, o los percheros son insuficientes. En resumidas cuentas, una incomodidad tremenda.
- El probador cotilla: El que no tiene espejo dentro. Si la ocasión lo requiere, yo soy capaz de repetir la experiencia en todos ellos, salvo en éste. Odio los probadores sin espejo. Odio tener que salir a enfrentarme al mundo sin tener ni idea de cómo me queda una prenda. No me gusta que todo el mundo pueda opinar antes que yo, y mucho menos, notar en su expresión que no he elegido bien la ropa.
- El probador multiusos: Ése que tienen en algunas tiendecillas pequeñas y que es de todo menos probador (almacén, aseo, taller...). Y normalmente, tiene alguna puerta más de la que tú puedes controlar, por lo que te pasas todo el rato sufriendo por si esa puerta comunica con el salón de la casa y te va a aparecer de golpe el hijo adolescente con todos sus amigos, o el marido con el fontanero, o la abuela con las vecinas organizando una timba de cartas.
Recuerdo una tienda que reunía dos modalidades: el probador sin espejo y además con pesados cortinajes de techo a suelo. Nunca me probé nada ahí, porque para colmo de males, la tienda era pequeña y toda su fachada un gran ventanal, así que no sólo te exhibías ante el resto de clientes, sino que toda la calle te veía salir con el vestido de noche enseñando el sujetador y en calcetines y botas bastorras. Esta combinación la vi en una chica, no me la he inventado.
En un mercadillo de la calle estuve a punto de probarme un pantalón hasta que me señalaron el probador y vi con horror que estaba hecho de cortinas que sólo llegaban a medio muslo. Y sólo de imaginarme con los pantalones bajados en medio de todo el mundo, se me pusieron los pelos de punta...pelos que no me había dado tiempo a depilar.
En otra ocasión, en uno de esos malditos probadores con cortina que no se sujeta en ningún lado, un chico la abrió de golpe pensando que estaba vacío. Lo peor es que ese día yo iba buscando pantalones, así que me pilló en paños menores en pleno proceso de cambio, y para colmo de males había un enorme espejo enfrente del probador, por lo que el episodio fue de todo menos discreto. Menos mal que era verano y no llevaba medias de esas de ejecutivo y además dio la casualidad de que ese día estaba en perfecto estado de revista. :D Lo peor es que luego me crucé al chico por la calle...
Así que nada, o me ponen un probador en condiciones, o yo no compro, y no son pocas las veces en que he vuelto a dejar la ropa en el perchero y me he salido sin probarme nada.
En cuestión de probadores, aún no conozco la tienda que pueda igualar al Corte Inglés (y no me pagan por decirlo).
¿Soy una neurótica o vosotras también tenéis quejas parecidas?
Comentarios
Algunos de los casos que cuentas no los he vivido yo, pero hace años que piso poca tienda de barrio. Otra cosa que no soporto aunque se salga del tema son las tiendas con planta "sótano". Es como bajar a los infiernos...qué horror, y algunas tienen sus probadores ahí! Como me pasó el otro día, ahora que pienso, que puse el pie en un Promod que nunca había entrado.
Lo de los mercadillos daría para un libro de anécdotas... :D
Me hace gracia porque precisamente el último probador de diseño que he visto y sufrido ha sido el de Cortefiel...no es ahí donde venden ropa de Pedro del Hierro?
Y sí, los que te mandan a las quimbambas para probarte la ropa también me dan yuyu. A veces dudas de si te estarás metiendo en el probador o en realidad estás en los vestuarios de los empleados, no te ha pasado nunca eso? Parece que te vayan a secuestrar allí, perdida en un rincón del local.
Los de Mango son minúsculos, pero al menos la cortina es rígida y tapa bien. (Es que ya sabes que tengo debilidad por Mango ;).
Mis preferidos: los amplios de puerta hasta el suelo con su pestillito en condiciones y un buen espejo dentro.
En los que no hay espejo, ya no me pruebo. Y se lo digo así mismo a las dependientas. Que yo soy muy crítica conmigo misma y no me apetece que los demás vean lo mal que me sienta algo sin verlo yo antes....
Tampoco me gustan los probadores que, sea la hora que sea, están llenos de pelusillas... ni los que no tienen donde dejar la ropa...
Besos!
Encima no se ve una mierda....y lo que logras verte, te deprime.....les falta ponerte una navaja atadita a una cuerda, como si fueran los bolis del banco, para que puedas cortarte las venas agusto.
También están los probadores que sólo les faltan los espejos en el suelo....a mi me acojona ver tantas imágenes de mi misma en un sólo habitáculo...
A mi con un único buen espejo me va de sobras en un probador. Agradezco si me ponen otro para poder verme por detrás...pero no me hacen gracia esos estrechos de esquina. Manías de cada una supongo. Como Tasha, prefiero los de puerta entera y pestillo, siempre que huelan decentemente y no sean un horno de calor. Los de cortina no me disgustan siempre que esta se deslice decentemente y llegue a ambos lados, no me gustan nada las ranuras indiscretas...Y contra los probadores "fashion" no tengo nada que decir mientras además de un diseño llamativo sigan los mínimos de higiene y comodidad en cuanto a espacio, cierre, iluminación y espejo. Lo malo es que algunos entre la música ambiental, el total black que se gastan, que casi no distingues donde hay pared y dónde no, el mega espejo astutamente inclinado y las luces de haz blanco dirigido...sólo les falta la alfombra roja y una claca de aplausos y flashes cada vez que sacas una prenda de la percha para acabar de creerte celebrity del showroom...XD Probarte algo en un sitio así y esperar verte igual cuando llegues a casa con la prenda es para premio (de ingenuidad). Algunos se pasan...
Yo, en lo que me fijo normalmente, y de ahí que mi valoración del sitio suba o baje, es en la iluminación, que es fundamental, y en los espejos y su colocación. Por esto los de H&M ganan últimamente por goleada a los demás!
besitos
PD- me gustan mucho tus combinaciones de ropa!
Soy nueva en el blog, lo descubrí hace poco leyendo en otros blogs de moda de la página web de elle y la verdad es que me he enganchado.
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has escrito de los probadores y el hecho de que el probador te haga sentir incómoda es suficiente como para que no entres en una tienda (como el último que describes).
Yo he acabado por llevarme las cosas a casa y devolver luego lo que no me convence o no me viene!:)
Lo de las pelusillas me ha hecho mucha gracia, jaja...y me ha dado un repelús... :P
Anónima, anoche me partía de risa yo sola con lo de la navajita colgando del techo, como los bolis en los bancos :D Pero cómo se te ha ocurrido eso??? jajaja.
Bueno, yo es que en Bershka no consigo estar ni cinco minutos. La música a todo volumen me ahuyenta y salgo de ahí en plan perrillo apaleado: aing, aing, aingggg...! No sé cómo pueden trabajar ahí sin quedarse sordas!
María, qué risa lo de la claca de aplausos, jajaja. Ay, qué bien me lo estoy pasando con vuestros comentarios ;) Veo que todas tenemos toda una teoría sobre los probadores. No entiendo por qué los que los diseñan no le preguntan a la gente corriente, que lo tiene bien claro.
Cloe, gracias!. Sobre el percance del probador, creo que el chico lo pasó peor que yo :D Estaba súper apurado. Yo, con lo tímida que soy, lo llevaba bastante bien, la verdad. Creo que porque era verano, y lo de pasarme tantos días en biquini minimizó la vergüenza, jeje.
La iluminación desde luego que es importante. A veces es que la ponen de manera que tú misma te tapas la luz, y claro, no ves nada. O te ves verde y con malísima cara, que es peor...
Mery, bienvenida! y que alegría ver gente nueva :) No sabéis la ilusión que hacen los comentarios. Gracias! Espero que te animes más a menudo. ;)
Yo en vez de optar por llevarme las cosas sin probar, he acabado optando por comprarlo casi todo en internet, que al fin y al cabo es lo mismo, porque si lo tengo que devolver me tengo que dar el viaje igual que si fuera a la tienda.
También hay tiendas donde ya le he pillado el punto a mi talla y no hace falta que me pruebe las cosas. :)
Besos a todas!
Me ha hecho recordar los horrores que he vivido en tiendas jajaja!
Esas horrendas cortinas pesadas que arrastran son de Cortefiel, inolvidables!.
Y al margen de las cortinas que no cubren y que la dejan a una culo al aire, hay algo que me causa aún más estupor, y es encontrarme el suelo lleno de polvo, pelo y pelusas, asqueante, cuál los fardos de paja de vuelan con el viento en las vaqueras del oeste.. puaaff!!
Yo creo que ese ruido de perchas cayendo que se oye siempre en los probadores vecinos, se deben a que la de al lado ha perdido el equilibrio y al ver que iba a tocar el suelo se ha agarrado a todo lo que ha podido :P
Pero y por qué están tan sucios, por Dios??!
Los del Promod también me gustan: tienen varias perchas, luz bien, una barra para colgar cosas, una especie de repisa, el espejo no es un horror...
Y el H&M para mí gana puntos con su espejo móvil. En ninguna otra tienda me veo por detrás tan cómodamente.
Besooooos,
Parecen un minipiso! Me extraña que no tengan okupas dentro montando muebles de Ikea...jajajja (Yo también me río sola...estoy de atar). :D
besotes, te sigo.
Besos!
Pero sí, desde luego lo de los probadores es todo un mundo.
Besos!