Y sé de lo que hablo...
Nos ha tocado un año en el que es un poco peliagudo meterse en celebraciones del calibre de una boda, pero la vida sigue y la gente continúa casándose y celebrando el acontecimiento con más o menos amigos y familiares. Claro que sí. Estas cosas no pueden depender de si la economía mundial tirita o no. Además, siempre cabe la posibilidad de hacer una celebración más íntima al principio y dejar la fiesta de altos vuelos para mejor ocasión. Es una opción, ¿no?
En cualquier caso, la primavera y el verano son épocas de bodas, del tipo que sea, y es raro no haber sido invitada a alguna. Pero claro, como el bolsillo no está para muchas alegrías, sería una bendición poder apañarnos con algo que ya tengamos, ¿verdad? o al menos combinar algo nuevo con algo que lleve tiempo en nuestro armario. ¡Y esta estación es especialmente propicia para hacer experimentos resultones! En invierno es algo más difícil, porque entre otras cosas, tenemos que combinar más prendas. Pero ahora estamos en el momento propicio para dejar volar nuestra imaginación.
Así que vamos al lío. Situación: nos han invitado a una boda. Convencional o más original, no importa el estilo que hayan elegido para el enlace. Nosotras tenemos las claves para estar estupendas y no desentonar.
En primer lugar, si no podemos evitar la adquisición de un nuevo vestido, nos ayudará saber que:
- Es mejor huir del color negro. Sí que es verdad que un vestido negro siempre es elegante, pero como ya he dicho en otras ocasiones, yo no le acabo de ver la utilidad, ya que en mi caso al menos, no suelo asistir a muchas fiestas o cócteles y en cambio en las bodas se desaconseja su uso. Así que yo, particularmente, no le saco todo el partido que se merece. Por tanto, yo me decanto más por buscar otro color. Un color favorecedor y alegre pero en una tonalidad suave, que es más combinable y más versátil.
- Si realmente queremos un vestido amortizable, es preferible que no sea estampado. Un vestido liso da más juego para experimentar con los complementos, pasa más desapercibido y se puede repetir sin dar demasiado el cante. Además, es más fácil de usar de la mañana a la noche.
- El largo ideal es a la rodilla. Favorece a todo el mundo: altas, bajas, con más o menos kilos...no importa cómo seamos porque con ese estilo no nos equivocamos. Este largo sirve para bodas de día y de noche. Permite lucir piernas todo el año y bronceado en verano. Podemos combinarlo con calzado de todas las alturas sin tener que adaptar el bajo. Un chollo, vaya.
- Es preferible que el escote no sea muy exagerado o muy de tendencia. El vestido ideal (según mi opinión) es el vestido sin mangas, con escote más o menos pronunciado según nuestro gusto. En mi caso, por ejemplo, prefiero un vestido con minimanga o sin mangas que uno con tirantes muy finos o palabra de honor. Me parecen más cómodos y más ponibles, entre otras cosas. No tengo que hacer malabares con la ropa interior ni a la hora de tomar el sol en la playa para evitar marcas. Me puedo mover con mayor libertad, me hacen una figura más proporcionada y son más intemporales, tanto para adaptarse a las cuatro estaciones del año como para no acusar en exceso el paso del tiempo.
- Esto es de cajón, pero el vestido elegido debe hacernos una figura bonita. Por muy de tendencia que pueda ser, un corte que no se adapta al cuerpo en ningún punto, favorece menos que uno que sí lo hace. Eso sí, sin apreturas, claro está. Una bonita cintura siempre es un punto a favor. Sin embargo, también resulta muy favorecedor un vestido que no se ajuste pero juegue con el efecto de los volantes, siempre que sea corto. Da movimiento y un aire muy juvenil.
Y dicho esto, ¿qué podríamos hacer con lo que ya tenemos para que se ajuste a estas ideas y nos saque de un apuro con estilo?
- Si tienes una falda bonita, tan sólo tienes que buscar una blusa o top del mismo color y arreglar el conjunto dándole sentido con un cinturón tipo fajín. ¡Es asombroso lo que un cinturón de este estilo puede hacer por cualquier conjunto! Ya sé que me repito y siempre lo nombro, pero es que realmente ofrece tantas posibilidades que no puedo dejar de aconsejarlo. Además, te permite buscar combinaciones interesantes con el calzado.
- Si tienes varias prendas que te apetece ponerte pero crees que no pegan ni con cola...Una vez más el fajín es la clave: si dispones de la falda perfecta, de un top que te queda genial pero de un color totalmente diferente, y tus sandalias favoritas no pegan ni con lo primero ni con lo segundo...hazte un cinturón que aúne los tres colores y haga que el conjunto funcione. Elige una banda de tela estampada, remata los extremos para que quede bonita y voilà. Si el bolso tampoco repite color, ya sabes, el mismo truco te servirá. Conseguirás un look de lo más original y te habrás ahorrado un dinerito.
- En fiestas y celebraciones tipo boda, los cinturones de tela anudados o los fajines son lo más indicado. Nada de cinturones de piel, sintéticos, ni cuerda (bueno, a ver, tú misma...). Lo que de verdad viste es la tela. Sin más, sin hebillas ni añadidos de brillitos de ningún tipo. Y nada tan sencillo como eso para hacerlo tú solita. Busca una cinta de raso o de un tejido digamos "noble" de un grosor considerable, y anúdalo a tu cintura. Empieza dejando fijo un extremo y enrolla sólo el otro un par de veces, hasta que ambos extremos se encuentren, y entonces anúdalo con una gran lazada o con un nudo sencillo, según tu gusto. De ese modo, evitarás que se hagan arrugas donde la cinta se cruza.
- En la misma línea, te puedes encontrar con que ya tienes un vestido, pero te lo has puesto hasta la saciedad y estás harta de llevarlo siempre igual. No consigues verlo con esos zapatos tan preciosos que te has comprado y no quieres renunciar ni a lo uno ni a lo otro, y mucho menos, volver a comprar otra cosa que finalmente tampoco quedará bien con nada e irá directamente al fondo del armario. Pues volvemos a lo mismo: Compra una cinta de raso del mismo color que los zapatos y ya tienes un conjunto diferente y perfectamente combinado.
- La misma idea del fajín te ayudará en el caso de que falda y blusa sean del mismo color pero distinto tono. Con un cinturón de un tono intermedio, conseguirás una gradación de lo más original...¡y tendrá sentido!
- Un vestido estampado y sencillo cobrará nueva vida y se llenará de clase si le añades un fajín de raso o seda de color impactante. Unas preciosas sandalias metalizadas a juego con el fajín (¡el color bronce combina con casi todo!) y una cartera de cualquier color del estampado del vestido harán el resto del conjunto. ¡Habrás salido del apuro con nota!
- Y por último, no subestimes la importancia de la joyería para darle categoría a cualquier conjunto. No te llenes de brillos de la cabeza a los pies, pero una sola pieza bien elegida y de calidad, harán maravillas con cualquier sencillo vestido. ¡Deja volar tu imaginación!
Y bueno, hoy hemos analizado la utilidad del cinturón - fajín, pero el tema "bodas" no ha hecho más que empezar. En las siguientes entradas profundizaremos más en las variadas posibilidades y estilos con los que podemos experimentar. ¿Alguna cuestión que os traiga especialmente de cabeza? Intentaremos verlas todas.
¡Hasta entonces!
*) Los vestidos que ilustran esta entrada son de Coronel Tapiocca...quién lo iba a decir, ¿verdad?
(Hoy parece un monográfico de Natalie Portman...¡pero es que esta chica tiene tantos aciertos...!)
Comentarios
Muy buena la sugerencia del cinturón... a tener en cuenta, si...
Besos,
Yaiza
Hola, Yaiza! lo de cinturón y zapatos a juego ya pasó a la historia, parece ser. Mejor dicho, pasó a la historia la necesidad de que sean del mismo color. En realidad se trata de combinarlo todo de manera que tenga sentido, y eso no implica necesariamente usar el mismo color y mucho menos el mismo tono.
Tienes muchas posibilidades: usar el mismo color para el cinturón de raso y los zapatos, y uno diferente pero complementario para el bolso, por ejemplo. Y viceversa. O también apostar por un conjunto "descombinado" usando colores diferentes en top, falda, fajín, y cómo no, zapatos y bolso. Pero para esto hay que tener mucho ojo para guardar cierta coherencia, porque la frontera entre ser original y parecer un payaso, es tan fina...
Una sugerencia para no complicarte la vida: consigue un bolso festivo multicolor, porque te pegará con todos los zapatos y todos los vestidos (siempre que sean lisos). Yo tengo uno y no te imaginas lo mucho que lo he amortizado!
Pues yo quería comentarte algo respecto al tema bodas y como no dejarse el sueldo en un vestido q vas a usar solo una vez. Yo lo q recomiendo es hacer pequeñas modificaciones a un vestido sencillo (tambien opto por vestidos a la rodilla y lisos), como añadir tirantes en un tejido distinto y de calidad, escote halter, asimetrico, cruzado… coser una franja ancha en el bajo… y muchas mas opciones(q sinó el comentario se hace muy largo), pero tratando siempre de conseguir un vestidito personalizado, q centre la atención en los detalles cambiados, y así engañar a todo el mundo. Q no se pq esa mania de “no se puede repetir vestido”
Además tengo una selección de fotos para inspirarme y coger ideas, ya q tan solo en un año voy a tener 4 bodas y 2 bautizos, por ahora, pq cada vez me invitan a más.
Bueno, se q no estas falta de ideas, pero si quieres hacer un post q vaya por ahí, ya t digo q tengo un pequeño archivo con fotos para con solo 4 puntadas de hilo transformar un vestido, y estaría encantada de compartirlo contigo
Besos y sigue escribiendo
Erlineli
Pues estoy contigo. Yo creo que es una chorrada que no se pueda repetir vestido. Al menos, yo sí repito, pero eso sí, si es discreto y lo puedes ir renovando con los complementos, mejor, claro está.
Y las ideas que cuentas son estupendas! me apunto tu sugerencia para hacer un día un post sobre las transformaciones de un vestido sencillo. Ya te pediré la colaboración, ya...
Gracias!!