Las mil caras de Rebeca

Esto de escribir un blog te introduce poco a poco en un nuevo mundo de grandes descubrimientos en cadena. Visitas otros blogs, y desde ellos vas enlazando sin descanso con muchos más blogs cuya existencia ignorabas por completo. Y la verdad es que te das cuenta de que hay mucho talento por ahí. Es tremendo. Te piensas que está todo inventado y de pronto te topas con una vuelta más de rosca en un concepto que ya conocías.

En fin, resumiendo, es una cura de humildad ver todo lo que es capaz de hacer la gente con su blog. Pero bueno, trataremos de hacer aunque sea una pequeña aportación a este universo del estilo.

Al fin y al cabo, como nuestro objetivo es analizar todas las prendas que tenemos olvidadas en el armario para exprimir todas las posibilidades y combinaciones imaginables, vamos a ello:

¿Quién no tiene una rebeca por ahí escondida en un rincón? Haz memoria...sí, sí, ésa misma te vale. Una rebequita de las de toda la vida. Una coqueta chaquetilla de la que nunca te acuerdas. Mírala bien. Esa inocente prenda de tu armario pega casi con todo lo que tienes. Sí, hija, sí. Con todo. ¿Que crees que no porque tu rebeca tiene las mangas demasiado cortas y sólo te llegan hasta el codo? Pues así tiene incluso más posibilidades que una rebeca corriente.

Una rebeca tiene la ventaja de poder ser llevada abierta, dejando más protagonismo al top que llevas debajo y dando más juego con la combinación de colores; puede ir cerrada, mostrando menos de la prenda inferior; y puede incluso ser llevada sola, sin nada debajo (ya, ya sé que esta explicación es una perogrullada...pero oye, a veces viene bien recordar lo más básico).

Además, la puedes superponer casi a cualquier otra prenda.

La rebeca aporta un toque de color y contrarresta un poco el estilo de la prenda que llevas debajo. Me explico:

- Si llevas un conjunto demasiado formal debajo, puedes sustituir un blazer por una rebeca, consiguiendo un efecto más suave y femenino. A mí me gusta más esta opción que la del clásico traje de chaqueta (de falda o pantalón) para ir a trabajar.

- Puedes llevarla con un vestido tipo cóctel, de largo por la rodilla, lo que te permite usar ese mismo vestido en más ocasiones que una boda, por ejemplo.

- Te ayudará a sacarle mucho más partido a un top o vestido de escote palabra de honor. A mí personalmente me gusta más esta opción que la de top/vestido con una camiseta o camisa debajo.

- Si es de manga al codo o manga corta, da muy buen resultado con una blusa romántica o un blusón debajo, que tienen más volumen en las mangas que una camisa corriente, y ese contraste de volúmenes da un punto muy gracioso a cualquier look. Si la blusa es de lunares del mismo color que la chaqueta, éxito asegurado.

- Igualmente, si es de manga al codo o corta, puedes llevarla cerrada y combinada con una falda tubo del mismo color y hará el efecto de un vestido. Esta combinación te puede servir para mil ocasiones y celebraciones subida a unos buenos tacones. Si prefieres combinarla con una falda de corte evasé también del mismo color y largo a la rodilla, tendrás otro vestido un poco más informal. Y si quieres seguir suavizando el look, usa un pañuelo cortito atado al cuello al estilo parisino.

- Si eres de las que se atreven con todo, prueba esta opción: usa una falda larga de goma a la cintura a modo de top palabra de honor o minivestido, con un cinturón ancho y algo suelto a la altura de la cadera, y completa el conjunto con una rebeca abierta. ¡Queda genial! y habrás amortizado dos prendas de una vez. El mejor resultado se consigue con falda estampada y rebeca lisa.

- Una rebeca cruzada es una opción muy chic, femenina y alegre para un vestido romántico, como en la foto de La Redoute que ilustra este post (¡me encanta!). Elige ambas prendas en la misma gama de color, y vístete así para una boda. ¡Es el look perfecto para la ocasión!

- Una rebeca larga es el complemento ideal para todos tus vestidos. Llévala suelta o con un cinturón ancho ajustando la cintura.

- La misma rebeca larga, completamente cerrada y sin nada debajo, puede ser usada como vestido ajustando la cintura, esta vez con un cinturón tipo fajín estampado con el fondo del mismo tono que la rebeca.

- Para un estilo más lady, combina una rebeca corriente, de largo a la cadera y cuello de pico, con una falda tubo de tono diferente y ciñendo otra vez la cintura con un cinturón fino del mismo color que la falda. Si el cinturón es ancho, lograrás un efecto más "rockero".

- La rebeca hace muy buena pareja con los broches de sabor antiguo, ¿por qué será? Ni idea, pero así es. Y si quieres darle el toque original, ponte un broche de flores de ganchillo de dos colores (el de la rebeca y otro que contraste bastante). Por ejemplo, verde botella y color mostaza.

- En invierno rentabiliza todos tus tops delicados del verano envolviéndote en una cálida rebeca de lana gruesa. Si es cruzada y con cinturón (también de lana), mejor que mejor.

- Cualquiera de estas opciones para la parte de arriba, combinadas con un serio pantalón de vestir, puedes ponértela para darle el toque femenino a tus jornadas laborales.

Aprovecha que estamos en primavera para empezar a ponerte ya todos los tops lenceros y estampados que usas en verano. Es la manera de ir introduciendo ese toque de color que nos pide el cuerpo después de tantos meses de frío y días grises.

Y si te parece poco todo el partido que puedes sacarle a tu sencilla rebeca, da un paso más y...¡dale la vuelta! Sé valiente y abrocha la rebeca al contrario. ¡Obtendrás un efecto sorprendente! Prueba alguna de las combinaciones que hemos visto con tu chaqueta girada, y ya me contarás...

¡Que la disfrutes!