En el fondo de mi armario (I)

Sí, justo ahí. Ahí es donde están todas esas prendas que la gente se empeña en enunciar como los componentes básicos del tan manido fondo de armario. He leído montones de artículos en revistas, en webs y en mil sitios hablando del famoso fondo de armario, y el caso es que nunca he entendido el motivo por el que, a pesar de tener todas esas prendas, no me libraba del dichoso "no tengo nada que ponerme".

Pues bien, ahora lo sé. No existe el fondo de armario ideal. Existe el fondo de armario personal. A mí no me vale tener el mismo traje de chaqueta que mi vecina, ni me sientan bien los mismos colores, ni tengo el mismo tipo y por tanto no me veo con el mismo estilo de faldas, por poner un ejemplo. Siguiendo las pautas que he oído siempre (salvo maravillosas y contadas excepciones) me vería vestida como una ejecutiva de los años 80 y 90, y eso ni me pega ni se adapta a mi vida actual, y por tanto, está muy lejos de cubrir mis necesidades.

Así que no voy a caer yo en el mismo error que señalo aquí, repitiendo una vez más cómo debe ser el fondo de armario. Pero sí voy a compartir con vosotras la idea que yo tengo de cómo debería ser mi fondo de armario personal. Mis prendas mágicas, las que siempre me haga ilusión vestir, las que se adapten a mí y las que me parezcan más versátiles.

Algunas de ellas las tengo ya, pero otras no han pasado aún de ser un objetivo (muy deseable). ¿Y cuáles son esos básicos que considero imprescindibles en mi vestuario?

• En primerísimo lugar, los vaqueros. Pero los vaqueros perfectos. (Bueno, en realidad tengo más de un par...bastantes más, vaya). Aunque los vaqueros perfectos serán aquéllos que me queden como un guante. Más bien oscuros, que quedan bien en cualquier ocasión. Que no me dejen embutida como una morcilla, ni me hagan bolsas por todas partes en cuanto me siente dos veces.


• A continuación, camisetas de colores neutros, con estampado y sin él. De manga corta, de tirantes, de manga 3/4 y de manga larga. Y que no sean excesivamente ajustadas. Ahora me ha dado por las camisetas un poquito más sueltas, que creo que quedan mejor. Y siempre a la altura de la cadera, que no me gusta que se me queden cortas.


• Una rebeca larga de color neutro, como el gris o el cámel.


• Un par de rebecas algo más cortas, de colores más alegres.


• Una rebeca o sudadera con capucha y bolsillos.


• Un top sin mangas y escote en pico de aire romántico o de tejidos más delicados, como la seda.
  
• Un blusón hippie estampado de manga al codo.
  
• Una blusa romántica de manga larga, de color blanco.


• Una camisa con lazada de manga corta y abullonada, de color liso (¡mi último antojo!).


• Unas bermudas rectas con raya, de un color oscuro, que peguen para vestir o para ir más informal.


• Unas bermudas vaqueras oscuras.


• Una falda corta vaquera.


• Una falda tubo de color negro y largo a la rodilla.


• Una falda en color liso y neutro (gris, marrón claro) recta y cortita.


• Una falda estampada de vuelo y corta.


• Un chaleco abierto en color negro.


• Un top cruzado y escotado sin mangas o minimanga de color negro, y otro blanco.


• Un pantalón marrón chocolate y otro beis (rectos y más bien estrechos).


• Un pantalón de pinzas, masculino.


• Dos o tres jerseis de cuello barco o redondo, en colores que me gusten, como el color gris, el verde hoja y el beis...(mmmm...y el color fresón...qué dilema).


• Un vestido corto estampado de aire vintage (con manga al codo, cinturón...).


• Un vestido corto y sin mangas o con minimanga en un color liso y neutro, pero no negro.
  

Y bueno, eso para empezar...aunque ¡no pensé que me fuera a salir una lista tan larga! Y más teniendo en cuenta que aún no he añadido el capítulo complementos, calzado ni abrigos y chaquetas. Eso lo dejo para entradas sucesivas. También os contaré cómo combinar todas esas prendas para cualquier ocasión.

¿Se parece en algo a vuestras prendas clave? ¿Habéis notado alguna ausencia importante? Contadme, contadme, QUEREMOS SABER ; )

Y ahora, algunas aclaraciones: el clásico vestido negro lo he omitido intencionadamente (habrá quien se haya echado las manos a la cabeza). Es una de esas prendas supuestamente imprescindibles para todo el mundo y a la que yo no le acabo de ver la utilidad. O al menos, no le acabo de ver el carácter básico. Y que conste que tengo uno...o dos. Pero nada, no le doy el uso que se supone que debería darle. Más bien le veo algunos inconvenientes:

1. No suelo ir por ahí tan arreglada. No me surgen cócteles a los que acudir cada semana, y la única ocasión en que le veo utilidad es para ir a una boda, en cuyo caso, está desaconsejado ya que no se ve apropiado ir de negro. Y en caso de tener una fiesta de cualquier tipo, me da rabia ver que todas acabamos vestidas igual.
2. Hay otros colores que me gustan más y a los que les sacaría más partido. Y si siento la necesidad imperiosa de ir de negro, combino la falda tubo con el top cruzado y me queda como si fuera un fantástico vestido. Comprobado.

En cuanto al vestido de estilo vintage, no lo tengo, pero lo busco desesperadamente. Estoy pensando en "tunear" alguno de los años mozos de mi madre. Veremos...ya os contaré.

Y para conseguir algunos de mis básicos ideales, pienso hacer unos arreglillos de cosecha propia que ya compartiré con vosotras el próximo día para que podáis hacer lo mismo.

¡Nos vemos en la próxima entrada!

(Ah, las cajas son de Mebox).